El Estrés y la Alimentación van de la mano

El estrés hace que no tengamos hambre, o que nos de por
comer mucho especialmente alimentos de alto contenido calórico, ricos en azúcar, sal y
grasas. El estrés y las emociones pueden afectar de una forma determinante a la
conducta alimentaria de las personas.
Alimentación que combate el estrés
Llevar una alimentación saludable y regular puede
contribuir a que el organismo acabe con alguno de los efectos negativos del
estrés.
Cuando tenemos largos periodos de estrés es necesario
reforzar el sistema inmunológico tomando más alimentos ricos en
betacarotenos, precursor de la vitamina A, zanahorias, verduras de color verde
y frutas sobre todo las de color
amarillo y naranja.
Debido al ritmo de vida que llevamos, la alimentación
también gira en torno a la rapidez con la que vivimos, tenemos que comer
muy rápido, saltarnos el desayuno y a cenar más de lo que debemos.
Con ello las necesidades nutritivas se satisfacen de forma
inadecuada desde el punto de vista calórico y nutritivo, además muchas personas
con estrés se saltan el desayuno y toman muchas bebidas con cafeína para
poder aguantar y luego comen en muy poco tiempo, y no se cubren los
requerimientos nutricionales.
Y con D
mayuscula, tratamos la importancia del Desayuno, sobre todo en niños porque nuestro cerebro funciona con glucosa y la
tenemos disponible en la sangre, cuando consumimos alimentos que tienen
hidratos de carbono y que luego se descomponen en glucosa.

Si no le damos esta glucosa, el cuerpo envía unas señales a
los músculos y libera cortisona para dársela al cerebro; la consecuencia a largo
plazo es la pérdida de tono muscular, y a corto plazo es la fatiga”.
Las proteínas se almacenan en nuestros músculos y
son las que ayudan al crecimiento y formación de los tejidos de nuestro cuerpo,
por lo que el niño que no desayuna está interrumpiendo su crecimiento saludable.
Cómo debe ser
El desayuno debe aportar el 25% de la energía
total del día, que son 300
calorías totales. Es recomendable levantarse antes para desayunar con calma y dedicarle unos 20
minutos. Tan importante es tomar el desayuno como la forma en que lo hacemos, que
debe ser relajado y tranquilo.
Alimentos que dan energía: los ricos en hidratos
de carbono, son los cereales integrales como: pan, avena o granola.
Alimentos que ayudan al desarrollo: los
lácteos aportan proteínas y calcio para los huesos, como puede se un vaso de leche, yogur, trozo de queso,
etc.

Según un estudio realizado en el 2013 dice que los niños que no toman desayuno son más obesos, por lo que es muy saludable desayunar en casa antes de salir.
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